Cierras los ojos y lo imaginas: torretas de cuento, jardines que parecen no tener fin y el reflejo de un palacio renacentista bailando sobre el agua de un río. El Valle del Loira no es un destino, es un sueño. Un sueño que, seamos sinceros, puede salir un poquito caro si quieres visitar todas las joyas que esconde. Pero, ¿y si te dijera que hay una forma de saltar de...
