Mulhouse no es la capital romántica de postal que imaginas al pensar en Alsacia, pero precisamente ahí radica su encanto: es sorprendente, auténtica y palpable. En sus calles encontrarás fábricas convertidas en museos, rincones que recuerdan el pasado industrial y una población orgullosa de su identidad. Cuando la nieve o las luces navideñas llegan, Mulhouse se posa...
